sábado, 25 de junio de 2011

El Significante I (Sobre el “Saber no Sabido”; lo obvio)

¿Qué es un Significante?

             
            Es lo que más se repite pero no se ve, es lo que está ahí “afuera”, hablándose para dar cuenta de la naturaleza de lo que al sujeto del amor y del deseo, le pasa, un significante es un saber no sabido, es decir, un decir del inconsciente, un eslabón, una pieza que encaja, un tesoro que se encuentra, una metáfora que “amarra” la experiencia de malestar y de goce antes suelta, un algo que se repite pero no se ve y cuando es visto, cuando es delatado; la experiencia de malestar va quedando descifrada, pues un significante siendo un saber no sabido se enlaza a otro y a otro y a otro, y así en su desplazamiento o deslizamiento va hilando la significación que no sólo brinda el saber sobre el goce que el sujeto presenta [es decir sobre su padecer en demasía sobre lo mismo, una y otra vez] sino que también lo “corta” al “empujar” al sujeto a tomar una posición al respecto, a moverse de lugar, a cuestionarse lo que antes era incuestionable y desmentir lo que antes era inamovible, inalterable, a dudar de las verdades [la mayoría ajenas pues vienen del Otro] que el sujeto se ha creído, a inscrito en su discurso y que profesa “ciegamente” como procederes de amor que con el tiempo se caen, muestran su fallido.
              
                 El Significante entra a dar cuenta de cómo el sujeto perpetúa al Otro dentro de sí [pensemos el Otro como esas primeras marcas del amor con las que atraviesan al sujeto, en primera instancia el gran Otro materno, luego la familia, la cultura, etc. Todos aportan un poco y atraviesan al sujeto para dejar en él, algo de ellos mismos], es decir, de cómo el sujeto perpetua en una cierta manera de desear responder y ser respondido en el amor, una cierta manera de hablar, de discursearse, de entablar lazo con el otro, con el semejante [o sea con el amigo, la pareja, etc.] El Significante da cuenta entonces de cómo el sujeto al ser atravesado por un discurso [del Otro], es un discurso que encarna y que profesa, y que de hecho no ve, no lo sabe aunque lo exprese y hable todo el tiempo, el significante da cuenta de cómo un sujeto profesa lo siguiente y de cómo se queda anclado a ello en una misma suerte de destino [de repetición]:
    
        Citemos una vez más el “Desafortunado” de Alejandro Jodorowsky:
  
         Un hombre que caminaba por la selva se topa con un león dormido. El hombre poniéndose de rodillas ante él, murmura: «Por favor, no me comas», pero la bestia no le escucha, ella sigue roncando. El hombre de nuevo grita: «¡Por favor, no me comaaas!». El animal no se da ni por enterado. Sorprendido y temblando el hombre le abre las mandíbulas y acerca su cara a los colmillos para volver a gritar el ruego, pero es inútil, la fiera no despierta. Colérico el hombre comienza a darle patadas en el trasero: «¡No me comas! ¡No me comas! ¡No me comas!». El león despierta, salta sobre él y, furioso, comienza a devorarlo. El hombre se queja: «¡Qué mala suerte tengo!».

     Aquí que no se trata del tener mala suerte por ser comido por el león, lógica a la que estamos acostumbrados racionalmente, pero no, el psicoanálisis muestra ora dimensión, la dimensión que choca, la dimensión que devela que como sujetos de deseo no existe ni el bien ni el mal, ni el cielo ni el infierno, existe el agujero, el agujero por donde el cual al sujeto se le va la vida y que es justamente este agujero lo que se aborda en la clínica para devolverle en lo posible al sujeto, su dignidad, la dignidad del reconocer en este caso que "necesitar ser comido para así poder reivindicar la propia mala suerte" es malestar y ambigüedad con el cual hay que hacer algo, o incluso no hacer nada, quizás [si es eso lo que el sujeto precisa y decide], pero hay que asumirlo, saberlo, pues una cosa es padecer sin saber de qué y otra muy diferente es saber, saberse, eso hace el significante al revelarse, dar cuenta del goce, devolver al luz al sujeto del amor y del deseo.

Un significante es un saber no sabido que da cuenta del lugar que ocupa el sujeto para el Otro, da cuenta de la oración que el sujeto profesa. Una oración malsana la mayoría de los casos, la clínica, la vida y el psicoanálisis así lo muestran.

2 comentarios:

  1. una reflexión muy bella sobre la noción de significante, que articula dos nociones, por un lado está la idea freudiana de que el inconsciente es un saber no sabido, y por otro lado la sentencia de Lacan el inconsciente está estructurado como un lenguaje, así, ese inconsciente da como saber uno que contiene un significante...

    ResponderEliminar
  2. Milton buenos días! gracias por comentar, había olvidado este blog en donde escribí sobre todo experiencias personales que se iban mostrando en un análisis que por ese tiempo de mi vida tuve y la formación en cartel que estaba llevando. Si, tenemos el lenguaje como oportunidad para nombrar lo que duele y en esa medida tomar distancia de los sufrimientos.

    ResponderEliminar