sábado, 25 de junio de 2011

Todos los días se mata al Padre

Cuando se tumban los amos,
Los otros idealizados en los que ilusoriamente
Se suponía un saber,
Ahí
Se mata al padre.

Cuando al reconocer el propio saber
Se destrona el saber del otro
Y se desmienten sus dictámenes ambiguos,
Ahí
Se mata al padre.

Cuando los imaginarios se caen
Y tu mirada deja de estar por encima o por debajo de alguien,
Ahí
Se mata al padre.

Matar al padre es reconocerte como el sabedor de tu verdad
Como el único regulador de tus leyes
Matar al padre es ver el fallido del otro y reconocerlo desde tu humanidad y humildad,
Dejándolo ser
Y dejándote ser
Al distinguir cada día más
Que hay cosas que son tuyas y que hay cosas que no son tuyas sino del otro,
Es saber cada día más distinguir y dejar de mezclar
Es aprehender a moverte para no sostener neurosis ajenas
Ni hacer que los demás sustenten la propia,
Matar al padre es reivindicar tu propia ética,
Matar al padre es desmentir
Tumbar
Destronar al Otro que habita en ti,
Matar al padre es tumbar a todo amo
Matar al padre es no prestarte como objeto de goce.
Foto, Metáfora de Guillermo Tell

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