lunes, 12 de septiembre de 2011

La Aventura del Análisis (La palabra más que develar el inconsciente; lo reinventa)

El análisis no cura, ni retoma lo pasado para analizarlo y descubrir los orígenes de una neurosis, el análisis “reinventa el inconsciente”. Cuando digo que lo “reinventa” estoy diciendo que el hablar del sujeto no expone ni explica el sentido o las ideas que este tiene y quiere decir de lo que le pasa sino por el contrario es en ese hablaje, en ese bla bla bla que el sujeto advierte y construye un saber sobre lo que le pasa, pues al hablar (sin pensarlo, y sin someter ese hablaje a las restricciones del sentido y la razón) esta diciéndose una verdad sobre el lugar en el que el otro que “le hace malestar” lo ha situado y el lugar que el mismo sujeto ha asumido, y este saber que el sujeto advierte sobre lo que significa para el otro y lo que el otro significa para él, es un saber que no quiere saberse pues implica su responsabilidad frente a su goce. Una cosa es engañarse teniendo una venda en los ojos y otra muy diferente es engañarse sabiendo que se engaña.

Volviendo a retomar lo antes citado; en el psicoanálisis el sujeto no busca las palabras precisas para expresar sus ideas y los sentidos y significados de lo que se dice (como se suele hacer en cualquier conversación cotidiana) sino que simplemente habla, habla pese al aparente sin sentido y carencia de significado y de razón de lo que dice, ya que hablando, construye su saber sobre lo que en él reside de lo que le pasa, es decir; hablando, se desnuda. Hablando construye el hilo Significante que le permite ver la manera particular, subjetiva y singular como busca ser algo (X cosa) para un alguien, para otro. Hablando advierte el Significante,  es decir el Otro que lo comanda.

Por ello el Psicoanálisis es largo, pues el tiempo en que un sujeto tarda en hablar no desde su YO sino desde su ser de sujeto del inconsciente, es extenso, me refiero al hecho de que el sujeto tarda tiempo en advertir que hablar desde la razón, desde el sentido, desde lo imaginario, es decir, desde su Yo, el inconsciente no emerge, pues el inconsciente emerge cuando el sujeto habla sin saber lo que dice, por ello Freud inventó la Asociación Libre, para vencer las resistencias del Yo, del Yo neurótico que no cesa de pensar cada palabra que dice, racionalizar cada pensamiento e inagotablemente justificarse, responsabilizando a los otros de su propio malestar del cual no fácilmente se responsabiliza. Este tiempo de razón, sentido, imaginario y justificación, este tiempo del YO se denomina Entrevistas preliminares que tienen como fin situar al sujeto como analizante; agotando el sentido, vaciando lo imaginario y el malestar en la cultura que le lleva a responsabilizar a otros y a justificarse, a operar desde sus resistencias, y a instaurarse una demanda clara de análisis; una pregunta, un agujero de vacío y cuestionamiento respecto a su Sexualidad… Y ese saber sobre la sexualidad que procura inscribir en lo simbólico lo que de lo real el sujeto no puede representar, ese vació del no saber sobre el deseo, es decir, sobre la manera como se es X cosa para Otro.

Y para que este proceder se dé, no basta con que el sujeto sepa e intuya que en él reside el saber sobre lo que es, el sujeto necesita hablar, y al hablar, despliega un tejido, un hilo de saber que empieza a soportarlo, como si el hablar no sólo encadenará los afectos sueltos y los agujeros por donde el sujeto se colma de malestar, sino que también, ese saber, es una invención, pues aunque el inconsciente se vea en lo que se habla, es precisamente eso que se habla lo que le da vida al inconsciente, lo que lo hace aparecer, lo que lo hace surgir:
¡Y en un principio era el Verbo, y el verbo es la palabra, y de la palabra el hombre nació, y en la palabra el hombre se transformó!

El bla bla bla no sólo devela el inconsciente, mucho más que eso aún; lo reinventa.

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