sábado, 25 de junio de 2011

El cuerpo del amor, es la palabra

un hombre le pide al amor:
  

             …“¡Amor!… Quisiera que no me susurraras en la espalda los errores que ayer cometiste, que no maldijeses con esta indigestión, ni con esta gastritis, ni con esta migraña, las muchas culpas que guardas… por favor amor, no me quites el sueño con tus miedos, ni con tus insomnios, ni menos con tus pesadillas, esas que torturan mi calma y desasosiegan mis esperanzas.



¡Amor!... No me hagas sentir que cada presente es una oportunidad para que mi pasado, ese mismo pasado que dejaste dolido, regrese, tampoco me digas que mi futuro siempre será el mismo, es decir, que será como este presente que parece simple y sutil copia del ayer… no me confundas amor, con tu manera de perderte en el tiempo, idealizado, desesperanzado, engañado, empeliculado.

¡Amor!... Quítame esta disfonía que me das cada vez que peleo con mis padres, y esa sordera que tenga cada vez que oigo algo que no quiero escuchar y esta manera de sufrir por ese hombre y/o por esa mujer,  quítame amor, quítame ese agujero en el pecho y el estómago que siento cada vez que la muerte, la soledad y la pérdida, se asoman… sólo quiero olvidarlo, sólo quiero olvidarla.

Y quítame amor esta ira, esta agresividad que me surge cuando recuerdo aquellos pedazos de vida que no me gustaron de mí, quítame ese odio, esta acidez de cuerpo, de garganta, de colón estreñido, déjame dar del cuerpo amor”…

Y el amor le responde:

…“lo que me pides ya lo estás haciendo ¡Estás hablando!… Dame voz, dame voz para que cada trozo de poema que llevo inscrito en cada uno de mis poros y en cada una de mis fisuras de órgano, se convierta en tu saber, es decir, en tu mejor y más pura medicina… continua… continua hablando”...
      

       Y escuchando estas sabias palabras, dicho hombre supo que el cuerpo del amor, es la palabra. Y desde entonces por cada pedazo de cuerpo el hombre ya no encontró un dolor, ni una queja, ni un reclamo, ni un pedido, sino una puerta a su saber no sabido, saber que es amor a su verdad, verdad ahí, hablándose.

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